El miedo es una de las emociones básicas y necesarias en el ser humano. Todo el mundo, en algún momento determinado, ha sentido o siente miedo ante diferentes momentos o situaciones de la vida. El miedo es algo adaptativo que advierte de la existencia de un peligro para dar la oportunidad de escapar de él. En cuanto el peligro desaparece, también lo hace esta incómoda sensación y se vuelve a la normalidad. El problema está cuando la vida empieza a estar condicionada por distintos temores, cuando se es esclavo y se debe renunciar a cosas que gustan sólo por la posibilidad de encontrarse con el objeto, persona o situación temida. Todo el mundo tiene repulsión, miedo, aversión o prudencia hacia algo. Ese objeto de temor puede ser algo real, tangible, o bien simplemente imaginado. Por ejemplo una persona puede tener miedo a que le muerda un perro, puede tener miedo a la posibilidad de que su pareja le abandone.... Todo esto se puede ver explicado mejor en apartado dedicado a las características generales de la ansiedad. Pero, ¿cómo se puede saber si los miedos son naturales, normales y sanos, o cuándo empiezan a rallar lo patológico?. Algunas de las características de los temores que nos pueden estar produciendo un daño para nuestra salud mental son:  | Son irracionales y exagerados: tu mismo te puedes dar cuenta de que algunos miedos están fuera de la lógica, pero a pesar de todo no puedes eliminar esa sensación de tu interior. |
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| Una persona puede tener miedo a que le muerda un perro, pero es exagerado pensar que vaya a hacerlo un pequeño cachorro que nos cabe en la palma de la mano. A pesar de saberlo, esa persona siente un miedo que no puede evitar. |
| | Son evitados sistemáticamente: no te enfrentas a esos miedos, haces lo imposible por no encontrarte en ningún momento ante el objeto o la situación de temor. |
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| La mayoría de los niños pequeños tienen miedo a la oscuridad, pero poco a poco sus padres les van animando a que intenten exponerse a ella. De ese modo, cuando pasa un tiempo el niño vence su temor. Si en lugar de eso, el niño siempre evitase la oscuridad, llegaría a la edad adulta con ese temor todavía no superado. Mucha gente tiene miedo a las alturas, pero no todos los que tienen miedo a las alturas evitan montar en avión. |
| | Afectan a la vida cotidiana: son temores que impiden hacer algunas cosas, que pueden crear conflictos en la pareja, en la familia, en el trabajo o con los amigos. Interfieren en distintas áreas de la vida. |
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| Si se tiene miedo a la sangre y a las inyecciones, se evitará a toda costa el médico y los hospitales, por lo que no se ira a revisiones periódicas y se puede estar poniendo en peligro la salud. También puede pasar que un familiar esté ingresado y no se vaya a visitarle por temor a ver sangre en el hospital, por lo que más tarde podría acarrear problemas con dicho familiar. |
| | Llegan a obsesionar y hacen adelantar acontecimientos: rondan a menudo por la mente aunque se luche por dejarlos a un lado. |
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| Si una persona que tiene verdadero pánico a los perros empieza a pensar en la posibilidad de encontrarse con uno de camino al trabajo, puede incluso que idee un circuito nuevo por el que sabe que tiene menos posibilidades de encontrarse con uno. Además, aunque intente no pensar en ello, cada vez que tiene que salir de casa le vienen estas ideas a la cabeza. |
| | Provocan preocupaciones excesivas, angustia y ansiedad: crea un estado de nervios exagerado y totalmente fuera de control para la persona, no sólo ante el objeto o situación temida, sino a nivel general. | Estos puntos dan una pista sobre los miedos no adaptativos y perjudiciales, aunque no todos son iguales y es posible que se de evitación pero no obsesiones, o que se evite pero no afecte a la vida cotidiana... En cualquier caso, este tipo de fobias es importante que se traten lo antes posible, porque cuanto menos tiempo se conviva con los miedos, más fácil resultará liberarse de ellos.
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