FASES DE LA EVALUACION

Si nunca has recibido ayuda psicológica y piensas que tal vez la necesitas, seguramente te interesará conocer en qué consiste la terapia y cuáles son las fases habituales que se realizan a la hora de intervenir para llegar a una solución óptima y duradera. El proceso es el siguiente: Fase 1: Evaluación. Fase 2: Hipótesis y devolución del caso. Fase 3: Tratamiento. Fase 4: Seguimiento.
Evaluación
En esta fase, el terapeuta se encarga de recabar información sobre el problema. Es necesario saber con detalle todo lo relacionado con éste para averiguar el origen y el por qué se mantiene en el tiempo. Sólo así se puede diseñar un plan de tratamiento adecuado a tu caso.
Hipotesis y devolución del caso
Una vez evaluado, el terapeuta puede identificar qué es lo que sucede, por qué ocurre, qué ha llevado a la persona a este punto y qué hay de hacer para lograr el cambio deseado. En esta fase se explica toda la información obtenida durante la fase anterior y se propone una solución (aunque desde la primera sesión y siempre que sea posible, se intenta dar alguna pauta para iniciar el proceso de mejora). La devolución del caso es muy importante para conseguir el éxito terapéutico, porque siempre debes estar informado de todo cuanto se va a hacer de forma que tengas más seguridad a la hora de enfrentarte a tu problema.
Tratamiento
Llegado a este punto es cuando se van aplicando las distintas técnicas de intervención, aunque, como ya se ha comentado, también se pueden ir dando algunas pautas de tratamiento mientras se termina la evaluación. Esta es la fase más larga de todas, pero es con la que realmente se van consiguiendo los cambios deseados. La duración de esta etapa depende del tipo de problema, de la gravedad del mismo y de la motivación que tengas por superarlo.
Seguimiento
Una vez aplicado todo el proceso terapéutico, la etapa final es la que se conoce como seguimiento. En este momento las consultas serán cada vez más espaciadas: el problema ha sido resuelto con éxito y únicamente tienes que aprender ciertas pautas para poder hacer frente a posibles dificultades futuras. Lo que se pretende con esta fase es conseguir que, el bienestar alcanzado durante la terapia, sea permanente y no se tengan recaídas. Poco a poco se van distanciando cada vez más las sesiones hasta reducirlas a simples llamadas telefónicas para confirmar tu estado.