Dentro de la Psicología Clínica existen diferentes orientaciones que emplean una metodología distinta de trabajo. Entre otras, se pueden destacar la psicoanalítica, la orientación humanista, la gestáltica, sistémica y la cognitivo - conductual. La terapia cognitivo - conductual se centra principalmente en dos aspectos del ser humano, que son: Lo cognitivo: es decir, lo que pensamos. Lo conductual: es decir, lo que hacemos. Desde este punto de vista, en el ser humano encontramos: pensamientos, cuerpo, emociones y conducta.
Como podemos ver, cada uno de los elementos que forman el ser humano están relacionados entre si. Este círculo es válido tanto para lo positivo como para lo negativo. Veamos el siguiente ejemplo:
El trabajo del psicólogo desde esta orientación se centra en los pensamientos 'mal expresados' y las conductas 'mal aprendidas', para conseguir un cambio que incluirá la desaparición de sentimientos negativos que siempre acarrean un problema. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
Caraterísticas de este tipo de terapia | |||
La situación no determina mis sentimientos. Son los pensamientos los que me hacen sentir de una determinada forma ante las distintas situaciones a las que me enfrento. Por lo tanto, si aprendo a controlar mis pensamientos, seré yo el que tenga el control sobre mi vida. La terapia congnitivo-conductual es activa por parte del paciente y del terapeuta. La motivación del paciente es fundamental para la mejora y el aprendizaje. La confianza y la conexión con el psicólogo también son importantes para conseguir los objetivos deseados. | |||
Ralph Waldo Emerson | |||
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