Se llaman ataques de pánico a ciertas manifestaciones de la ansiedad que en un momento determinado se presentan de un modo repentino, muy rápidamente y con una gran intensidad.
Todos estos síntomas no son necesarios para que se produzca un ataque de ansiedad, de hecho es raro que en una misma persona se den todos al mismo tiempo. Cada individuo puede tener un síntoma principal que desencadena los demás, pero que es el que más llama la atención y despierta mayor malestar y preocupación. Pueden ser las taquicardias, la sudoración o la sensación de mareo, o cualquiera de los señalados en el cuadro. Generalmente, el primer ataque de ansiedad suele ser espontáneo, imprevisto y en un contexto neutral. Pero... ¿qué significa? La respuesta es nada, puede significar que llevo una temporada de estrés, o que he recibido una sorpresa importante, o que estoy emocionado por algo, pero en realidad es una explosión de síntomas fisiológicos que no suponen riesgo alguno y que no implican un problema de salud. En realidad cualquiera puede tener en un momento determinado un ataque de ansiedad y que su vida siga siendo igual que siempre. El problema surge cuando los ataques de ansiedad se repiten y cada vez son más frecuentes. En esos casos su significado es el mismo: NO SON PELIGROSOS NI DAÑAN LA SALUD El motivo de que se repitan suele ser siempre el mismo: el miedo, ¿a qué?, al ataque de pánico. Es algo que al no tener un motivo coherente y lógico asusta por lo llamativo que es, pero cuanto más miedo tengo del propio ataque, más posibilidades tendré de que se vuelva a repetir. Ahora, la pregunta clave sería, ¿por qué? Si yo tengo miedo del ataque, por ejemplo por las taquicardias (pienso que me puede dar un ataque al corazón), resulta que siempre voy a estar especialmente atento a cada latido, en lugar de seguir con mi vida normal. Eso significa que al menor cambio de ritmo cardíaco me voy a empezar a poner nervioso pensando en el comienzo del ataque y cuanto más nervioso me ponga más síntomas de los que hemos comentado irán surgiendo. No hay que olvidar que el ritmo del corazón (siguiendo con el ejemplo que estamos poniendo) cambia con el aire que respiro, con los movimientos que hago, con lo que pienso, con mis emociones, con lo que veo y no todo aumento del ritmo implica un ataque de pánico, ni mucho menos un ataque al corazón. En muchas ocasiones el miedo a los ataques de pánico lleva a otro problema más grave y limitante como es la agorafobia y el aislamiento social y personal. | ||||||||||||||
Es importante recordar que... | |||
Los ataques de pánico no son peligrosos, sólo son molestos. El primer ataque de ansiedad es espontáneo e inesperado, y lo puede ocasionar cualquier cosa. El segundo ataque de pánico y sucesivos, los provoca uno mismo al tener miedo de ellos y prestar exceso de atención a los cambios corporales. Los ataques de ansiedad no son más que miedo al miedo. Evitar situaciones o sensaciones sólo acrecienta el problema, pero no es la solución al mismo. | |||
Aldous Huxley | |||
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Leo Elsenberg | |||
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